Editorial: El Cáncer

El Cáncer

IMPORTANCIA

Por Alberto Martínez-Arrazubi

El cáncer es una de las dos principales causas de mortalidad en los países desarrollados, siendo en España las E. Cardiovasculares responsables del 32 % de los fallecimientos y el cáncer del 26 %. Estas cifras, por sÍ solas, ya nos hablan de su importancia estratégica y de la necesidad de diseñar programas para su prevención y erradicación.

El cáncer puede darse a cualquier edad, pero el riesgo de aparición de los más comúnmente registrados corre paralelo a los años de vida.  

La palabra cáncer ya nos pone los pelos de punta cuando la leemos o pronunciamos, pues queramos o no la identificamos con un problema de salud grave, con importante riesgo de muerte, aunque cada vez se consiguen mejores y más definitivos controles.

Todos sabemos que nuestra vida va a tener un límite en el tiempo, pero la sola idea de sentir la presencia de la espada de Damocles sobre nuestra cabeza nos hace poner en marcha todas las alarmas.

PREVENCIÓN FRENTE AL CÁNCER

“Debemos ser conscientes de que la mejor terapia contra el cáncer no es la detección precoz, ni los tratamientos más sofisticados, sino la Prevención Primaria, consistente en mantener nuestro sistema inmunológico en óptimas condiciones de funcionamiento”.

La alimentación equilibrada y suficiente es uno de los pilares fundamentales para prevenir el cáncer. Se ha demostrado fehacientemente que, siendo muy inferior la incidencia de cáncer en los países, altamente contaminados, de Asia e India, en relación a los países occidentales, cuando los asiáticos emigran a los Estados Unidos, en 1 o 2 generaciones alcanzan proporciones de cáncer similares a la de los americanos. La explicación sólo puede estar en relación con la cadena alimentaria, el estrés y tal vez con otras causas como la inhalación de humos y las radiaciones ionizantes.

DEFINICIÓN Y ORIGEN

Llamamos cáncer a un conjunto de enfermedades en las que el organismo ha producido un exceso de células anormales (conocidas como malignas, cancerígenas o cancerosas), cuyo crecimiento y desarrollo se sitúa fuera de los límites considerados como normales. Cuando el crecimiento celular sobrepasa los limites locales, se puede producir una invasión de los tejidos vecinos e incluso llegar a establecerse en otro territorio del organismo. A esta propagación a distancia se le conoce con el nombre de metástasis y se lleva a cabo desde las células cancerígenas  por vías linfática o sanguínea, hasta los lugares de destino de los nuevos tumores. Esta característica diferencia a los tumores malignos de los benignos, que crecen en su lugar de origen, pero no invaden otros tejidos, ni producen metástasis.

Otra característica de las células normales es su crecimiento ordenado, que al sentir el contacto con las células vecinas, frenan su reproducción, al contrario de las células malignas que crecen alocadamente y tienden, en general, a formar tumores, excepto algunos tipos especiales de cánceres como la leucemia.

 

La predisposición a desarrollar un cáncer es debida a la presencia de algún tipo de anormalidad en el material genético de las células, bien provocado por agentes carcinógenos, como radiaciones, productos químicos contaminantes, agentes infecciosos, etc., por adquisición de anormalidades genéticas cancerígenas, durante la replicación normal del ADN, al no corregirse los errores que se producen durante la misma, o por anormalidades genéticas heredadas directamente desde el nacimiento.

Un diagnóstico completo de cáncer debe incluir el tipo de cáncer, su localización, el estado evolutivo y la extensión de la enfermedad, pues en lo estadios iniciales suele confundirse con otras patologías de sintomatología parecida.

La clasificación del cáncer puede hacerse según el tejido orgánico a partir del cual las células cancerosas se han desarrollado y para que un diagnóstico se considere definitivo se requiere la confirmación mediante un examen histológico, aunque las sospechas iniciales pueden surgir a partir de ciertos síntomas, hallazgos radiográficos y otras pruebas complementarias. También la presencia de marcadores moleculares específicos pueden ser útiles en el diagnóstico, así como para determinar tratamientos individuales.

Una vez detectado el cáncer, se procede a su evaluación, pronóstico y diseño del tratamiento más conveniente, combinando de la manera más ajustada posible la cirugía, la quimioterapia y la radioterapia.

Existen programas de investigación a nivel internacional en los que se desarrollan planes terapéuticos y tratamientos específicos según el tipo de cáncer, valorando las características del propio paciente, tratando de actuar específicamente en contra de las anormalidades moleculares de los tumores y minimizando las agresiones a las células normales.

En el mundo occidental la mayoría de los cánceres suelen ser tratados y bastantes de ellos curados, dependiendo de diversos factores como la respuesta inmunitaria del paciente, el tipo de tumor, su localización y el estado evolutivo en el que se encuentre.

Cada vez se descubren nuevas y complejas interacciones entre el material genético, los carcinógenos y el medioambiente en el que se desenvuelve el ser humano, tratando de buscar los motivos por los que algunos individuos desarrollan cáncer después de una exposición a carcinógenos y otros no.

Cierto es que el pronóstico del Cáncer cada día es menos sombrío, que las remisiones totales son mas frecuentes y que los tratamientos van siendo menos agresivos y más eficaces. No obstante hay que dejar claro que el asentamiento y proliferación de las  células cancerosas va precedida de una importante disminución de las defensas.

Sabemos que nuestro organismo se está renovando vertiginosamente todos los días de nuestra existencia. Cada 24 horas nos nacen y crecen varios millones de células, que algunos autores cifran entre 50 y 100 millones de unidades, algunas de las cuales salen defectuosas y con distintos grados de anormalidad.

PROPUESTAS PARA LA SALUD

El dejar de respirar humos de cualquier origen, que reduce los riesgos y prolonga la vida más que cualquier otra actividad de Salud Pública, porque el tabaco con su nicotina y  prácticamente todos los humos inhalados poseen elementos carcinógenos, del estilo del alquitrán, que se encuentran en muchas sustancias fumables.

Alimentarse correctamente es equivalente a proporcionar al organismo todos los elementos nutricionales (macro y micronutrientes), que precisa para su desarrollo. Así deberemos garantizar el Agua potable, los Hidratos de Carbono, las Proteínas, las Fibras y las Grasas en las cantidades y proporciones ideales para cubrir las necesidades orgánicas. Respecto al consumo de carnes rojas, los últimos estudios analizados desaconsejan consumir más de 500 gramos netos de esas carnes por semana.

Cuando el consumo de fibras vegetales es escaso se ralentiza la actividad del tracto digestivo y esto provoca la acumulación de toxinas en el interior de los intestinos, con riesgo autentico de provocar diverticulitis y cáncer de colon. Los alimentos ricos en fibras naturales comestibles, como los brotes tiernos, las verduras de hoja, las frutas y las bayas silvestres, facilitan el tránsito intestinal y la eliminación de toxinas, sobre todo si se incluye también el consumo de más de un litro de agua potable por día.

De igual forma hay que tener en cuenta los Micronutrientes en especial las vitaminas y otros elementos como los fitoesteroles, azufre, selenio y los ácidos grasos esenciales Omega 3, presentes en los pescados azules como sardinas, boquerones, caballa, salmón, atún, etc., evitando excesos de ácidos grasos omega 6, que por su acción proinflamatoria favorecen el desarrollo de los tumores.

Conviene recordar que en la actualidad estamos tomando una cantidad demasiado elevada de ácidos grasos omega 6, en parte debido al uso excesivo de grasas y aceites vegetales, presentes en la producción industrial de alimentos. Este problema se agudiza por los cambios producidos en la alimentación del ganado, demasiado rica en grasas de soja y maíz, que pasan a nuestra cadena alimentaria y se está considerando como posible causa del incremento en la incidencia del cáncer humano.

Según un grupo de expertos, si para lograr un buen equilibrio hormonal es aconsejable tomar los ácidos grasos esenciales omega 3 y omega 6 en proporciones de 4 a 1 a favor de los omega 3, en nuestros países occidentales hemos invertido las proporciones, llegando hasta cifras de 20 y 30 a 1 a favor de los omega 6.

Conviene reseñar que los ácidos grasos omega 6 compiten en la absorción con los omega 3, y que las principales fuentes de omega 3 que no contienen proporciones altas de omega 6 son los pescados. No es recomendable tampoco abusar de los pescados azules de tamaño grande, como el pez espada y los grandes túnidos, que al estar más tiempo en la cúspide de la cadena depredadora, acumulan en sus grasas residuos tóxicos como los “pcbs” y el mercurio, presentes en  los mares contaminados.

Estos compuestos podrían anular los efectos beneficiosos de los omega 3 y podría llegar a justificarse el uso de suplementos de aceite de pescado, destilado molecularmente para eliminar los contaminantes.

También son recomendables el consumo de verduras de hoja en particular las coles, coliflores, brócolis, etc., brotes tiernos y las frutas ricas en vitamina C, como granadas, tomates, kiwis y  cítricos en general, que poseen “salvesterol Q40” compuesto de propiedades anticancerosas.

También el té verde está demostrando ser eficaz en el tratamiento antitumoral y pudiera ser interesante su incorporación a la alimentación cotidiana, lo mismo que otras especias como el curry por su alta concentración en cúrcuma, y N-acetyl-cisteína, que eleva los niveles naturales de “glutatión” (uno de nuestros antioxidantes más potentes).

Otro cambio importante en la alimentación debe plantearse en la restricción del excesivo uso de los azucares simples, como el azúcar y otros monosacáridos, añadidos en la alimentación industrial y en los refrescos. La entrada brusca de azúcar en la sangre provoca una reacción paralela del páncreas, incrementando los niveles de insulina y el IGF1, que están asociándose con aumentos en la incidencia de cáncer.

Es preferible la utilización de hidratos de carbono complejos, de absorción lenta, ricos en fibra y acompañados siempre de proteínas, que permiten mantener el equilibrio en el eje Insulina-Glucagón y no fuerzan la producción de insulina por parte del páncreas. De esta forma evitaríamos, además del cáncer la diabetes mellitus y la obesidad.

Es recomendable el consumo de aceite de oliva virgen y extravirgen, que debe tomarse preferentemente crudo o con pocas frituras, evitando el uso de aceite muy refrito y el comer, con excesiva frecuencia, alimentos quemados parcial o totalmente, así como el abuso de los alimentos ahumados, que también contienen compuestos carcinógenos.

En cuanto al consumo de bebidas alcohólicas debemos recordar que existe una cierta tolerancia del cuerpo humano para cantidades moderadas de bebidas alcohólicas, obtenidas por fermentación como el vino, la cerveza y la sidra, sin embargo no podemos decir lo mismo de las bebidas alcohólicas destiladas como el vodka, whisky, ginebra, ron, etc., que están relacionadas con diversas formas de cáncer.

La exposición prolongada al sol o a cualquier otra fuente de radiaciones, es conveniente y aconsejable evitarlas en lo posible, fundamentalmente la exposición a radiaciones ionizantes como los rayos X y los elementos radiactivos. También las microondas y las altas frecuencias electromagnéticas, que se producen cerca de los cables de alta tensión y de las antenas emisoras de radio o de telefonía móvil, parecen estar en cuarentena por un posible incremento en el riesgo de aparición del cáncer.

Para las personas de tez clara en latitudes subtropicales como en las playas del Mar Mediterráneo el tiempo diario de exposición directa al sol no debería superar los 30 minutos, sin el uso de protectores contra la radiación ultravioleta. Aunque las poblaciones de tez morena tienen mayor resistencia a los efectos de las radiaciones ultravioletas, deberían también evitar los excesos en la exposición a las radiaciones solares o a cualquier otra fuente de rayos UV.

Los canceres de piel son relativamente fáciles de detectar si se tiene la precaución de observar la evolución de lunares, especialmente los de colores, los de gran tamaño o los irregulares y asimétricos que requieren especial vigilancia. Ante cualquier sospecha se aconseja consultar al médico especialista, sabiendo también que las queratosis y las verrugas raramente se malignizan, aunque conviene tener precaución en especial si afectan a zonas de rozamiento frecuente.

Finalmente es necesario reconocer la intensa participación de nuestra mente en la obtención de los equilibrios hormonales del organismo y en la estimulación de las defensas del sistema inmunitario.        

La potenciación de los factores anticancerígenos desde el autoapoyo mental es un hecho comprobado fehacientemente, al igual que el efecto contrario, que con la misma fuerza e intensidad es capaz de deteriorar los procesos defensivos, facilitando la acción de los cancerígenos.

Cuando el estado anímico del individuo es positivo, alegre y pleno en su búsqueda del bienestar y de la felicidad, si además está favorecido por una actividad física bien estructurada, suficiente en distracciones y diversiones, adecuadamente apoyado con la relajación y el descanso reparador, nuestro sistema inmunitario se recrea y multiplica su potencial defensivo.

Al contrario sucede cuando el estado emocional progresa negativamente y se disminuye la capacidad del sistema inmune, bien por culpa de la presión social y familiar, por el estrés, ansiedad, angustia o depresión y también por la falta de descanso o de actividad física, que podrían actuar como elementos recuperadores del equilibrio.

NOTA: Los editoriales no pretenden tratar los temas de manera exhaustiva, sino únicamente señalar algunos aspectos puntuales, que al autor le han parecido interesantes en este momento.

PREVENIR EL CÁNCER

“Debemos ser conscientes de que la mejor terapia contra el cáncer no es la detección precoz, ni los tratamientos más sofisticados, sino la Prevención Primaria, consistente en mantener nuestro sistema inmunológico en óptimas condiciones de funcionamiento”.

La alimentación equilibrada y suficiente es uno de los pilares fundamentales para prevenir el cáncer. Se ha demostrado fehacientemente que, siendo muy inferior la incidencia de cáncer en los países, altamente contaminados, de Asia e India, en relación a los países occidentales, cuando los asiáticos emigran a los Estados Unidos, en 1 o 2 generaciones alcanzan proporciones de cáncer similares a la de los americanos. La explicación sólo puede estar en relación con la cadena alimentaria, el estrés y tal vez con otras causas como la inhalación de humos y las radiaciones ionizantes.

¡Atención! Este sitio usa cookies y tecnologías similares.

Si no cambia la configuración de su navegador, usted acepta su uso.

Acepto
© 2019 Dyética escuela de salud. Todos los derechos reservados.