En la sede del ESC Congress 2014, se han presentado diversos estudios
realizados por centros de reconocido prestigio internacional, que han
evaluado el impacto cardiovascular del consumo de distintas bebidas ricas
en cafeína (tales como el café, el té o las bebidas energizantes).
La desmitificación de los efectos negativos del café y las bondades del té
La Dra. Almudena Castro, cardióloga del Hospital Universitario La Paz de
Madrid, ha sido la encargada de presentar las últimas investigaciones que
han analizado la relación existente entre el consumo de café y el riesgo
cardiovascular.
Uno de estos estudios, realizado en Francia, demuestra que tanto el café
como el té no se asocian a unamayor tasa de muerte cardiovascular. El
trabajo ha analizado a 131.401 pacientes de edades comprendidas entre los
18 y los 95 años, a los que clasificaron según su consumo habitual de café
o té: no consumidores, consumidores moderados (menos de 4 tazas/día) o
grandes consumidores (más de 4 tazas/día).
En el análisis se observó que los individuos que consumían más de cuatro
tazas diarias de café tenían mayor edad que los no consumidores y que
poseían más factores de riesgo cardiovascular, sobre todo fumaban más.
Asimismo, se observó un aumento del riesgo de muerte por causa
cardiovascular. “Este riesgo desapareció cuando se ajustó la variable del
tabaquismo. Esto significa que el aumento de la mortalidad no era debido
al consumo de café sino al ser fumador, que a su vez está asociado a un
estilo de vida menos saludable”, explica la Dra. Almudena Castro; quien
añade que, “el estudio evidenció que el porcentaje de fumadores entre la
población no consumidora de café fue bastante más bajo que en los
consumidores moderados o en los grandes consumidores: 17% frente al 31% y
51% respectivamente”.
Sorprendentemente, los investigadores del mismo trabajo descubrieron que
los individuos que tomaban té poseían un mejor perfil de riesgo
cardiovascular (menos factores de riesgo) que la población que no lo
consumía, y que, además, tenían un 24% menos de probabilidades de fallecer
por alguna causa no cardiovascular.
Como conclusión, la Dra. Castro destaca, “en general se ha visto que los
bebedores de café tienden a poseer un peor perfil de riesgo cardiovascular
que lo bebedores de té o no consumidores, aunque la razón parece estar más
en el estilo de vida y en los factores de riesgo cardiovascular que se
atribuyen a cada perfil de consumidor. Así, vemos como más de la mitad de
las personas que toman grandes cantidades de café fuman, y que, por el
contrario, los consumidores de té llevan un estilo de vida más sano,
practican más deporte, fuman menos, etc., lo que probablemente esta sea la
razón por la que éstas personas estén más protegidas ante el riesgo de
muerte”.
El café aumenta el riesgo de prediabetes en un determinado grupo de
hipertensos jóvenes
La misma Dra. Castro ha sido también la encargada de destacar los
resultados de otro estudio, esta vez de un grupo italiano, que analizó
cómo el consumo de café influye sobre el metabolismo de la glucosa,
aumentando el riesgo de sufrir prediabetes en un determinado grupo de
población: jóvenes hipertensos con sobrepeso u obesidad, o aquellos
individuos con especial predisposición genética a metabolizar la cafeína
de forma diferente.
Después de más de seis años de seguimiento sobre 1.180 pacientes
hipertensos (de 18 a 45 años), se observó que el 24% fueron diagnosticados
de prediabetes (el 27% de los hombres y el 16% de las mujeres) y que
aquéllos que consumían entre una y tres tazas de café/día presentaban un
34% más de riesgo a desarrollar esta enfermedad, que aquellos pacientes
que no consumían café. Este aumento del riesgo fue aún más significativo
en el grupo de pacientes que bebían más de tres tazas de café/día, ya que
éstos tenían el doble de riesgo de desarrollar prediabetes que los no
consumidores de café.
La investigación muestra que este riesgo fue aún más significativo en el
grupo de hipertensos que presentaba sobrepeso u obesidad y revela, además,
un dato genético a tener en cuenta, y es que se observó cómo los pacientes
que metabolizan de forma lenta la cafeína (un 58%) tienen un riesgo hasta
tres veces mayor de tener niveles elevados de glucosa en sangre, algo que
no ocurrió en los sujetos que metabolizan de forma rápida la cafeína (un
42%).
“En los últimos años estamos asistiendo a un crecimiento de la
investigación genética en todos los campos. De hecho, en los ensayos
clínicos que se realizan para ver la eficacia y seguridad de los nuevos
medicamentos se incluye casi siempre un estudio genético en el que se
analiza la respuesta de cada individuo a un medicamento según su genotipo.
Por tanto, la importancia del trabajo presentado radica en que no sólo
analiza cómo repercute el consumo de café en los pacientes hipertensos,
sino que también hace un análisis del genotipo de estos pacientes y nos
muestra cómo el metabolismo del café en el organismo está influenciado por
la presencia de variaciones genéticas”, concluye la Dra. Almudena Castro.
El consumo de bebidas energizantes puede provocar problemas cardiacos
La ingesta de bebidas energizantes está relacionada con el consumo de
alcohol y la práctica de ejercicio físico intenso. Además, y según datos
de la European Food Safety Autority (EFSA), aproximadamente el 68% de los
adolescentes (10-18 años) y el 30% de los adultos (18-65 años) europeos
son consumidores de este tipo de bebidas.
Uno los temas presentados ha sido justamente el riesgo cardiovascular
asociado a las bebidas energizantes ricas en cafeína (en un 96%), taurina
(en un 52%) y vitaminas (en un 33%). Así, el Dr. Eduardo Alegría, vocal de
la Sección de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad
Española de Cardiología (SEC) y cardiólogo consultor en la Policlínica
Gipuzkoa de San Sebastián, ha sido el encargado de presentar una
investigación realizada en Francia que ha estudiado los peligros cardiacos
asociados a su consumo.
Este estudio analizó las complicaciones que se reportaron a la Agencia
Francesa de Seguridad Alimentaria entre enero del 2009 y noviembre del
2012. Los datos revelaron que casi la mitad fueron de origen
cardiovascular, muy por delante de las psiquiátricas y las neurológicas.
Así, hubo ocho paros cardíacos y muertes súbitas, 46 arritmias cardiacas,
13 anginas de pecho y tres crisis hipertensivas. El trastorno más
habitual, con 60 casos, fue el llamado “síndrome de la cafeína”,
caracterizado por taquicardias, temblores, ansiedad y dolor de cabeza.
En este sentido, el Dr. Alegría destaca que, “cada vez son más los
pacientes que acuden a los servicios de urgencias con síntomas de
taquicardia, palpitaciones, subidas de tensión, etc., bajo el diagnóstico
de ‘síndrome hiperadrenérgico’, que es cuando a un corazón sano se le
somete a un exceso de estímulos externos, en este caso, provocados por
este tipo de bebidas”. En cuanto a la dosis, el doctor es claro, “ésta
dependerá de la vulnerabilidad cardiaca de cada persona, es decir, de lo
sensible que sea cada persona a los efectos taquicardizantes de la
cafeína”.
“Al estar prohibida la publicidad de bebidas alcohólicas en los eventos
deportivos, ahora, las bebidas energizantes han aprovechado este espacio
para publicitarse y hacer creer a los adolescentes que sus efectos son
inocuos en cualquier cantidad. Son muchos los que piensan erróneamente que
su consumo va asociado al aporte de vitaminas, cuando en realidad lo que
hacen es producir una carga adrenérgica que deriva en problemas cardiacos
importantes, fundamentalmente, en trastornos del ritmo cardíaco”, concluye
el cardiólogo.
El consumo regular de fruta disminuye un 40% el riesgo cardiovascular
Así lo indica un estudio llevado a cabo por la Universidad de Oxford
después de analizar a casi medio millón de personas procedentes de diez
localidades diferentes de China. Después de siete años de seguimiento la
investigación reveló que, en comparación con la población que no consumía
fruta, los que consumían a diario vieron reducido su riesgo cardiovascular
entre un 25%-40%. En concreto, disminuyó alrededor de un 15% el riesgo de
padecer enfermedad isquémica del corazón, un 25% el riesgo de ictus
isquémico y un 40% el riesgo de ictus hemorrágico. “Lo interesante fue
comprobar cómo este riesgo iba disminuyendo a medida que aumentaba el
consumo de fruta, con lo que cuanto más fruta se consuma más disminuirá el
riesgo”, destaca el Dr. Alegría. “No está de más confirmar lo que ya
intuíamos o sabíamos en un gran grupo de población, aunque sea una etnia
algo alejada socialmente de la nuestra”.
Por otro lado, los expertos también encontraron, como posible explicación,
una significativa relación entre el consumo de fruta y la disminución de
la presión arterial (PA), ya que aquellos que ingerían fruta de forma
habitual poseían una reducción de 3.4 mmHg en sus niveles de PA sistólica
y de un 4.1 mmHg en sus niveles de PA diastólica.
Fuente: apple tree communications