H. AUTOCRINAS

Conviene resaltar el papel básico y fundamental que llevan a cabo las hormonas autocrinas dentro del orden general, no en vano son las que preparan a las células para la recepción de los mensajes del hipotálamo y para emisión de las respuestas.

Además tenemos otras glándulas como la pineal, el páncreas, la paratiroides y el timo, que también producen hormonas pero no dependen directamente de las órdenes de la hipófisis y obedecen a otro modelo de estímulos.

Las hormonas autocrinas son las hormonas más primitivas en la escala evolutiva, las primeras que funcionaron en los seres vivos. Son fabricadas por cada una de los sesenta billones de células de nuestro organismo, sirven para capacitar a las células para recibir información y actuar en el último tramo de las decisiones. Estas hormonas operan en concentraciones mínimas, tienen una vida media muy corta y se autodestruyen en cuanto cumplen su rol.  

A los múltiples grupos y subgrupos de las hormonas autocrinas se les conoce también como eicosanoides, puesto que se derivan de los ácidos grasos esenciales poli-insaturados que contienen “veinte” (“eicosa” en griego) átomos de carbono y se obtienen a partir de las propias membranas celulares, ricas en ácidos grasos esenciales. Su misión es explorar el medio y a las células vecinas, comunicando la situación real al interior de la célula, para actuar en equipo de forma conjunta, ante cualquier cambio la respuesta debe ser inmediata, siempre que la célula disponga de las condiciones y de los mensajeros secundarios adecuados.

Si las células son periódicamente renovadas, gozan de un equilibrio óptimo y están perfectamente nutridas, producirán  respuestas idóneas en todo momento, necesitando menores cantidades de hormonas endocrinas para sus respuestas con el consiguiente ahorro energético y mejora de la eficiencia.

A diferencia de las hormonas endocrinas, las hormonas autocrinas son frenadas en su acción biológica por otras hormonas autocrinas, que ejecutan una acción opuesta a la anterior, consiguiendo de este modo mantener un equilibrio dinámico, por ello el exceso o defecto en la producción de un tipo de hormona debe ser compensado con la producción de la hormona opuesta y así ambas hormonas actúan formando ejes compensatorios, mantienen un constante equilibrio dinámico, evitan las asimetrías, que conducen al desorden bioquímico y tiene connotaciones nefastas para la salud.

Por ejemplo, frente a las hormonas que favorecen la agregación plaquetaria están las que actúan como antiagregantes de las plaquetas, frente a las que provocan la vasoconstricción de las arterias están las que favorecen la vasodilatación, frente a las hormonas que producen la inflamación están las que actúan como antiinflamatorias, frente a las hormonas broncoconstrictoras están las broncodilatadoras, frente a las que aumentan la proliferación celular actúan las que la frenan, frente a las que incrementan las reacciones inmunitarias están las que las reducen y así sucesivamente.

A partir de las experiencias del Premio Nobel de Medicina Dr. John Vane, se sabe que el desequilibrio de las hormonas autocrinas o Eicosanoides está en la base de las enfermedades crónicas, de la misma forma que ante un cáncer o cualquier enfermedad autoinmune se confirma el predominio de las hormonas depresoras del sistema inmunitario frente a las estimuladoras del mismo, también ante un cuadro tromboembólico es legitimo pensar que las hormonas favorecedoras de la coagulación se han impuesto frente a las anticoagulantes.

En consecuencia para disfrutar de la Salud hay que conseguir y mantener el equilibrio de las hormonas autocrinas de nuestro organismo para así evitar las tan temidas enfermedades crónicas, causa de la mayoría de los problemas de morbilidad y mortalidad de las poblaciones del primer mundo.

Factores que influyen en el equilibrio de las hormonas autocrinas:

1º.-Las hormonas autocrinas se producen en cada célula a partir de los ácidos grasos esenciales (omega-6), mediante la enzima (Fosfolipasa A2), que puede ser frenada por la hidrocortisona  (hormona del estrés).

2º.-El proceso de formación necesita de otra enzima (Delta-6- desaturasa), que disminuye con el envejecimiento, las infecciones y los ácidos grasos Trans.

3º.-El equilibrio en la producción armónica de los pares de hormonas autocrinas dependen del eje insulina-glucagón y este, a su vez, de la proporción óptima entre los hidratos y las proteínas de cada ingesta.

4º.-La suficiente presencia en las células del acido graso esencial E.P.A. (omega-3) va a garantizar, que la producción final de hormonas autocrinas mantenga un equilibrio saludable.

En síntesis para garantizarnos un correcto funcionamiento hormonal autocrino deberemos mantenernos jóvenes, asegurar la presencia de los ácidos grasos esenciales (omega-6 y omega-3), certificar la proporción óptima entre hidratos y proteínas en cada comida y eludir el estrés, las infecciones y los ácidos grasos trans.

Sin las hormonas autocrinas se paraliza todo proceso metabólico, nada se construye, nada se renueva y, si el boicot permanece, el deterioro se tornará irreparable. Esta constatación es evidenciable tras una terapia continuada a base de corticoides, cuya respuesta inicial suele ser extraordinariamente positiva, al frenar de inmediato cualquier proceso inflamatorio, pero se nos vuelve en contra a corto plazo, debido a la paralización del sistema por el boicot metabólico generado.