TIEMPO PARA DESCANSAR

El número promedio de horas por día que duermen los mamíferos varía sensiblemente según las  diferentes especies, siendo los gatos los que pasan un 70 % de su existencia durmiendo, mientras que caballos, vacas, cabras y ovejas no llegan al 2 %. Por el contrario los primates adultos, en condiciones normales, duermen un promedio de 8 a 9 horas diarias.

Es una constatación universal que el ser humano pasa al menos un tercio de su vida durmiendo. Desde el nacimiento del hombre hasta su muerte, el tiempo dedicado al descanso ocupa una parte importante del periodo total de nuestra existencia. Al principio el recién nacido necesita destinar al sueño un mínimo de 20 horas diarias, que poco a poco va reduciéndolas a favor de los tiempos de vigilia.

La persona adulta dedica de promedio unas 8 horas diarias al descanso y el anciano las va incrementando paulatinamente, siguiendo pautas muy personales, en función de sus estrategias vitales y de sus particulares circunstancias de salud.

El sueño es necesario para gozar de buena salud, aunque no se saben cuáles son los mecanismos profundos que lo regulan. Las necesidades de sueño para cada individuo varían ampliamente ya que en los adultos sanos oscilan entre las 5 y las 9 horas.

El tiempo para el descanso empleado generalmente por los humanos se circunscribe a la noche, aunque muchos emplean el horario diurno forzados por sus ritmos de trabajo y esta situación con frecuencia está relacionada con diversos trastornos del sueño.

Se sabe que cualquier factor físico o psíquico, que implique algún tipo de excitación emocional, puede alterar la cantidad o la calidad del sueño en una persona. Entre ellos podemos destacar la dificultad para conciliar el sueño en vísperas de un acontecimiento que consideremos importante o tras la ingesta excesiva de estimulantes como la cafeína, la teína, etc.

Algunos medicamentos también pueden ejercer un rol desestabilizador bien por exceso o por defecto en la producción de somnolencia.