El sueño breve predice aparición de demencia y la mortalidad por todas las causas

Heidi Splete

2 de marzo de 2021 Ha surgido más evidencia que vincula deficiencia de sueño, demencia y mortalidad. "Se ha demostrado que la perturbación del sueño y su insuficiencia se asocian con la aparición y progresión de enfermedad de Alzheimer y con la mortalidad por todas las causas", afirman Rebecca S. Robbins, PhD, del Brigham and Women's Hospital, en Boston, Estados Unidos, y sus colaboradores.

Sin embargo, la investigación en este tema ha generado resultados conflictivos, y "en pocos estudios se ha incluido una serie exhaustiva de características del sueño en un solo examen de demencia de nuevo inicio y mortalidad por todas las causas".

En un estudio publicado en Aging los investigadores identificaron 2.812 adultos de 65 y más años del estudio National Health and Aging Trends Study (NHATS), un estudio longitudinal representativo a nivel nacional de beneficiarios de Medicare de 65 y más años de edad en Estados Unidos.

Los participantes respondieron a encuestas sobre alteraciones y duración del sueño en 2013 (1.575 individuos) y en 2014 (1.237 individuos), y los investigadores examinaron la relación entre el trastorno y la deficiencia del sueño y la aparición de demencia y la mortalidad por todas las causas en los siguientes 5 años. La edad promedio de los participantes en el estudio fue 76,9 años, 60% eran mujeres y 72% eran caucásicas.

En general, alrededor de 60% de los pacientes refirieron nunca o raras veces tener problemas de lucidez mental, aproximadamente la mitad dijo que raras veces o nunca tomaba siestas, y más de la mitad dijo que se quedaban dormidos en 15 minutos o menos. Cerca de 70% calificó su calidad de sueño como buena o muy buena, y más de 90% dijeron que raras veces o nunca roncaban.

Los investigadores examinaron las relaciones entre características del sueño y demencia de nuevo inicio en el curso de 5 años. En un análisis multivariable de Cox completamente ajustado, los individuos que dormían 5 horas o menos por noche tuvieron aproximadamente el doble de riesgo de nueva demencia que los que dormían más tiempo (hazard ratio (HR): 2,04); el riesgo de demencia también fue más alto en aquellos que tardaron 30 minutos o más para quedarse dormidos (HR: 1,45).

Además, el riesgo de mortalidad por todas las causas fue significativamente más elevado en los que refirieron dificultad para mantenerse alerta algunos días o la mayoría de los días/todos los días (HR: 1,49 y HR: 1,65, respectivamente), tomar siestas habituales algunos días o la mayoría de los días/todos los días (HR: 1,38 y HR, 1,73, respectivamente), calidad de sueño deficiente o muy deficiente (HR: 1,75), y dormir 5 horas o menos cada noche (HR: 2,38).

Los hallazgos del estudio se vieron limitados por varios factores, entre ellos, una población que representa únicamente una cuarta parte de la cohorte del NHATS, lo que impidió estimaciones nacionalmente representativas, la disponibilidad de solo 2 años de datos de sueño y tamaño de muestra pequeño para determinadas categorías de respuesta, señalaron los investigadores.

Sin embargo, "nuestro estudio ofrece una contribución a la literatura sobre el sueño en poblaciones de edad avanzada por cuanto en él se evalúa la demencia de nuevo inicio y la mortalidad por todas las causas y una gama de características del sueño en adultos de edad avanzada", dijeron. En particular, "la duración breve del sueño fue un factor predictor potente tanto de nueva demencia como de mortalidad por todas las causas, lo que indica que esta puede ser una característica del sueño que es importante ―más y por encima de los demás factores predictores― de desenlaces adversos en adultos de edad avanzada", y entre las áreas futuras para investigación está el desarrollo de nuevas intervenciones conductuales con el fin de mejorar el sueño en esta población.