INTRODUCCIÓN

Por Alberto Martínez-Arrazubi

Es importante recapacitar sobre las condiciones de nuestra vida y tomar conciencia de las realidades que nos rodean para reaccionar con cordura y responsabilidad frente a los retos de vivir en plenitud, utilizando el autocontrol, sin perder un ápice de autonomía y libertad.

Cuando hablo de motivación, quiero referirme a la necesidad del Autoapoyo Mental que todos precisamos para llevar a cabo cualquier acción consciente. Para luchar por la vida debemos tener ganas para ello, o mejor dicho alguna razón que nos compense las dificultades inherentes al programa que pretendemos realizar. Sin ese impulso no somos capaces de mover un dedo en la dirección correcta y nos abandonamos a nuestra suerte.

Todos hemos conocido casos en los que la falta de interés real por vivir ha conducido a ciertas personas a una muerte prematura, sin aparentes deterioros físicos, que pudieran justificar un fracaso orgánico total. A mí me han impresionado siempre las muertes teóricamente inexplicables de cónyuges sanos, quienes tras el deceso de su pareja, a la que estaban íntimamente ligados, no encontraban razones para seguir luchando por su existencia, perdían las ganas de vivir y se abandonaban a su suerte esperando la hora final, porque “ya no tenían nada que hacer en este mundo”.

La vida de cada persona siempre es un camino por hacer, abierto al horizonte que generamos continuamente a cada paso que damos, haciendo camino al andar. Siempre se puede mejorar, siempre podemos superarnos, y esto solo se consigue con la íntima colaboración de una mente positiva constantemente activa y vigilante.