SOLUCIONES A LA HTA

No es de extrañar que ante una persona con estrés el mejor tratamiento contra su hipertensión sea conseguir que se tranquilice, se relaje y duerma suficientemente.  

Respecto a la influencia del consumo de sal en el incremento de las cifras de tensión arterial, quiero dejar claro que, en los estudios epidemiológicos transversales sobre población general, no aparece relación alguna entre el consumo de sal y la elevación de las cifras de tensión arterial. También se puede observar en la práctica clínica diaria que, incluso los pacientes hipertensos, que no tienen afectada su función renal, no precisan reducir el consumo de sal para normalizar la tensión arterial, siempre que se alimenten correctamente y reduzcan el sobrepeso.

Si es cierto que cualquier incremento en el porcentaje de agua de nuestro organismo también incrementará el tanto por ciento del agua intravascular y en consecuencia también subirá ligeramente la tensión arterial, pero su influencia en el establecimiento de la hipertensión arterial es despreciable, siempre que el riñón esté en condiciones normales de trabajo.   

Estas reflexiones tienen importantes repercusiones en la práctica clínica y permiten abordar el tratamiento antihipertensivo de forma sencilla, natural, económica, sin los efectos secundarios de los medicamentos y sin que los pacientes tengan que renunciar a tomar sal en los alimentos.

Únicamente está justificada la restricción de la sal, cuando la función renal de los pacientes esta alterada y en consecuencia tienen problemas para su eliminación a través de la orina, siendo esta acumulación salina y su correspondiente retención hídrica la causa directa de una elevación patológica de la tensión arterial.

Esta capacidad del organismo para funcionar con mayor o menor cantidad de agua y su influencia directa y puntual en la tensión arterial la suelo utilizar en la consulta para solventar problemas esporádicos de hipotensión arterial, que responden rápidamente a un incremento de líquidos en la ingesta.