GIMNASIO,TAI CHI, PILATES

Cualquier persona que hoy en día acuda a un gimnasio de última generación puede llegar a sentirse abrumado por la amplísima oferta que estos centros le están brindando. Tienen programas ultramodernos, en máquinas sofisticadas con controles electrónicos, que al usuario inexperto le pueden parecer más unos instrumentos de un laboratorio industrial que los aparatos destinados a entrenar el cuerpo humano de forma natural.

Paralelamente existen otros centros donde se imparten programas de actividad física, basados en métodos más antiguos, que conllevan la garantía y el aval de una eficacia y una eficiencia demostradas tras largos años de implementación.

Debemos tener en cuenta que para mantener aquellas habilidades que hoy estamos disfrutando es absolutamente necesario seguir practicándolas día a día, porque la no utilización las atrofia indefectiblemente, máxime en las personas mayores quienes un día descubren que ya no son capaces de sentarse en el suelo, que si lo hacen ya no pueden levantarse, que no tienen fuerza en las piernas para superar un ligero tropiezo y deciden no salir de casa solas o sin bastón.

Es obligación de cada individuo luchar por mantener su autonomía física y psíquica, evitando siempre que sea posible las situaciones crónicas de dependencia, para ello cada uno de los individuos debemos establecer un programa personal de estimulación, que nos haga más libres e independientes y disfrutarlo durante la mayor parte de nuestra vida.   

 (Resumen sobre) EL TAI CHI

Desde hace miles de años, en la antigua China se han venido desarrollando una amplia serie de movimientos y ejercicios físicos, tradicionalmente diseñados y dirigidos a facilitar el desarrollo y el mantenimiento de la salud, con el fin de mejorar y alargar la supervivencia de la población.

El “tai chi” que forma parte de esta tradición, es una disciplina oriental cada vez más practicada en todo el mundo, merced a los procesos imparables de la globalización, que también tienen su lado positivo al facilitar el acercamiento entre las culturas orientales y las occidentales. Cada vez se programan y se ofertan en nuestras ciudades nuevos y mejores cursos sobre esta disciplina milenaria.

Una de las características, que más ha colaborado en su difusión y mejores resultados ha aportado para su establecimiento definitivo es que todos los movimientos del “tai chi” pueden ser realizados, sin emplear un esfuerzo corporal excesivo, ya que en ellos predomina la armonía y la lentitud.

Por esta razón ya no es necesario imponer límites de edad, ni condiciones físicas especiales, e incluso, ni aplicar contraindicaciones médicas, aun en los casos de enfermos crónicos, pudiendo ser practicada por personas de cualquier edad y condición física, puesto que el “tai chi” ha demostrado ser una gimnasia terapéutica y una efectiva manera de evitar enfermedades crónicas, aun en las personas mayores, si lo practican regularmente.

La antigua filosofía china explica las realidades de la vida como fruto de una lucha constante entre los grandes principios “el yin” y “el yan”, dos polaridades que mantienen todo en movimiento y que, a la vez, están contenidas en la misma entidad.

“El yin” representa el principio pasivo, como la blandura, la suavidad, la oscuridad, la tolerancia, la paz, la feminidad, mientras que “el yan” simboliza el principio activo, la dureza, la claridad, la agresividad, la guerra, la masculinidad.

Según esta definición conceptual, aplicada a nuestra sociedad occidental se podría interpretar como que el yan domina sobre el principio yin, dado que la violencia y el poder son más fuertes que los gestos de paz, los hombres siguen influyendo más que las mujeres, la ambición y el poder tiene más predicamento que la vida modesta y sencilla, y para que este estado de cosas cambie es necesario volver a equilibrar “el yin” y “el yan”, siendo responsabilidad de cada uno de nosotros el encontrar nuestro propio camino en el punto medio o en el centro donde clásicamente reside la virtud.

Origen y desarrollo del “tai chi”.-

Los principios básicos del “tai chi” sólo pueden entenderse bien cuando se buscan sus raíces en la cultura milenaria de China. En ella encontramos tres principios diferentes que se han ido desarrollando con el paso del tiempo:

1.- La filosofía taoísta y las técnicas asociadas a ella para la respiración y la meditación.

2.- La antigua enseñanza china de la salud, que ahonda de forma especial en la prevención de las enfermedades.

3.- Las diferentes escuelas de las artes marciales secretas.

El “tai chi” y la filosofía taoísta.-

El término “tai chi” admite diferentes traducciones. Por un lado significa “viga grande que soporta el tejado de la casa”, y en sentido metafórico representa la conexión entre el cielo y la tierra. Los antiguos chinos se imaginaban el cielo como una cúpula soportada por un pilar central, el “tai chi”, que se anclaba en las profundidades de la tierra y esta es la forma en la que debe mantenerse el ser humano, enraizado en la tierra y erguido hacia el cielo, estableciendo un puente entre ambos polos.

El taoísmo no es una religión en el sentido estricto, sino que puede entenderse como una especie de filosofía de la vida. Laotse, que al igual que Confucio y Budha vivió en el siglo V antes de Cristo, es considerado el creador del taoísmo, pero mientras Confucio desarrolló un estricto sistema de jerarquía social y moral, Laotse formuló en los 81 versos, que han llegado hasta nuestros días (el Tao te king) una enseñanza orientada hacia la reflexión interior, donde prima la armonía con la naturaleza y la renuncia a la violencia.

(Resumen sobre) PILATES

Entre los múltiples métodos actualmente vigentes para la estimulación del organismo, he preferido referirme al método Pilates, que considero un buen modelo de programa de entrenamiento para el cuerpo y para la mente con cerca de 80 años de existencia y que es conocido mundialmente con el nombre de su fundador, Joseph Humbertus Pilates.

Según cuentan sus biógrafos, el Sr. Pilates de niño tuvo una salud bastante delicada y padeció varias enfermedades como asma, fiebres reumáticas y raquitismo, experiencia que le impulsó a fortalecer su cuerpo, a base de practicar deportes como la gimnasia, danza, esgrima, esquí, atletismo, boxeo y lucha grecorromana.

Tuvo también un conocimiento bastante profundo de algunas disciplinas orientales, como el yoga y el tai chi, que le ayudaron a confeccionar su programa de entrenamiento físico-psíquico en el que refundía los criterios, técnicas y ejercicios de todos los deportes practicados por él mismo, más las nociones filosóficas orientales que le parecieron pertinentes.

Denominó “contrology” a su proyecto deportivo-técnico, que según hemos comentado, contenía fragmentos de diversos métodos de entrenamiento, tanto orientales como occidentales. Su sistema de entrenamiento está compuesto de movimientos sutiles y de gran precisión, realizados con un esmerado control mental, que no sólo trataba de mejorar la fuerza y la flexibilidad muscular, sino también paralelamente la consecución de un equilibrio somático en el que se integrarían todos los beneficios obtenidos.

El método Pilates, que se apoya en bases  filosóficas orientales, no es solo un buen método para el entrenamiento físico con ejercicios para estiramientos, fortalecimiento muscular e incremento de la resistencia física, sino que trata de mejorar la armonía entre la mente y el cuerpo, pues de otra forma no se podría alcanzar una óptima condición física en base solo a trabajos corporales por muy duros y exhaustivos que fueran.

Si queremos que la calidad esté por encima de la cantidad, que el entrenamiento sea placentero y no agotador y que consiga los máximos resultados en el mínimo plazo, es imprescindible que la mente y el cuerpo trabajen en paralelo y perfectamente integrados en el mismo objetivo de salud.

Así, cada movimiento muscular debe imaginarse o visualizarse primero, a partir de las indicaciones gráficas o verbales y, a continuación, ser ejecutado por el cuerpo que actuará con coherencia, según las instrucciones previas de la mente, ya que esta ejerce de forma natural su función programadora y el cuerpo la lleva a cabo espontáneamente, mientras no reciba una contraorden por los mismos conductos mentales.

Los movimientos del método, cuando son realizados minuciosamente y con la máxima concentración consiguen unos efectos positivos, que mejoran directamente, tanto el estado físico de salud general, como la potenciación de los programas puntuales de rehabilitación.

La primera condición básica para la búsqueda de cualquier otra iniciativa es alcanzar un buen estado de salud, porque el cuidado esmerado y el profundo respeto hacia el propio cuerpo es un requisito indispensable, por ello incluía en su programa de ejercicios las actividades al aire libre y el cuidado de la piel.

Dado que las condiciones físicas de cada individuo son tan particulares y diferentes como las necesidades en materia de salud de las mismas personas, el método Pilates contempla la aplicación personalizada de su programa de ejercicios, como si fuera un traje a medida del cliente, que debía irse adaptando de forma continuada al desarrollo físico, que progresivamente fuera alcanzando.

La atención personalizada e individual a cada usuario de estas técnicas, junto a la combinación y renovación de los programas de ejercicios, en función de las necesidades y requerimientos de los alumnos practicantes, están en las bases de los éxitos alcanzados por este método. Así que hombres y mujeres, jóvenes y viejos, sanos y enfermos, personas en definitiva de condiciones físicas y motivaciones personales diferentes se ven animadas a practicar estos sencillos y efectivos ejercicios, tanto en casa como en cualquier otro lugar.

Los ejercicios de este método practicados de manera regular y con constancia, llegan a fortalecer y modelar el cuerpo en relativamente poco tiempo, proporcionando a los usuarios y clientes asiduos la figura más armoniosa y perfecta posible.

Con los ejercicios la musculatura se elonga y se vuelve a relajar, hasta lograr mantener las medidas correspondientes a la postura ideal y a la alineación corporal correcta, que debe ser equidistante del centro de gravedad. A la vez que se consigue corregir las malas posturas, fruto de posiciones incorrectas, inconscientemente adoptadas a lo largo de la vida, también se obtiene una mejoría en la conciencia física del propio cuerpo y en la necesidad de restablecer el equilibrio natural perdido.

El método Pilates tiene como objetivo el fortalecimiento y la coordinación armónica de todos los músculos, grandes y pequeños, intenta restablecer el equilibrio muscular perdido a causa de esfuerzos unilaterales, por adopción de posiciones incorrectas, por situaciones de estrés o incluso por influencia de enfermedades y accidentes previos, fortaleciendo y armonizando la musculatura para que pueda resistir mejor los esfuerzos cotidianos.

El método exige un alto nivel de concentración, autocontrol y precisión, que comporta un gran parecido con otros programas de “control mental”. En realidad la mente debe trabajar y controlar la ejecución correcta de todos los ejercicios, pero no tiene que mantener una tensión continua y los movimientos deben realizarse con la mayor dosis de relajación posible.

Es muy importante que la respiración sea muy profunda, que fluya de manera natural y que todos los sentidos del cuerpo sean conscientes y acompañen a los movimientos dinámicos del organismo, proporcionándole una sensación de plena armonía.

La fuerza y el control de la mente sobre todos los movimientos conscientes del cuerpo, por medio de un entrenamiento continuado, acaban consiguiendo identificarse con la postura y por ende con la expresión corporal, que termina siendo efectivamente armoniosa, como si  la mente diera la forma definitiva al cuerpo.

Todos los ejercicios del método Pilates se pueden realizar sin necesidad de costosos aparatos ni accesorios especiales, a cualquier hora del día y en cualquier lugar, actuando sobre una alfombra o tapiz que proporcione suficiente apoyo y protección a la columna vertebral y teniendo en cuenta que, si la superficie es demasiado blanda, se puede perder la estabilidad y el equilibrio.

Al potenciar la musculatura del centro gravitatorio del cuerpo, se trabajan los músculos del abdomen, muslos y nalgas que actúan juntos de manera armónica y cambian la postura y la estética corporal. Los tejidos se vuelven más firmes, la musculatura se torna más elástica y se consigue dar a los movimientos mayor elegancia y naturalidad.

Si conseguimos fortalecer la zona central entre el tórax y la pelvis, junto a la musculatura que la rodea, los potentes músculos del abdomen y los de la espalda van a dar protección a los órganos internos, a la vez que estabilizan la espalda. 

Un beneficio directo del método es la evitación de las posturas incorrectas, al mejorar el control e incrementar la sensibilidad mental respecto al detalles de los movimientos. Así, podemos prevenir y corregir los vicios posturales, obteniendo una mayor capacidad de relajación y resistencia frente a los trabajos que nos exigen grandes esfuerzos físicos y, o mentales.

Los ejercicios ejecutados con fluidez son ideales para potenciar la musculatura débil, que se fortalece y se relaja naturalmente, consiguiendo mediante el control de la mente, aplicado durante el ejercicio, evitar sobrecargas musculares y redescubrir la dinámica natural.

Al descargar de tensiones la columna cervical y fortalecer la musculatura adyacente se eliminan los dolores de cabeza de origen postural, situación que ayuda a eliminar el estrés y dotar al organismo de una mayor tranquilidad.

Si mejoramos la intensidad y la fluidez de la respiración, estamos proporcionando a todo el cuerpo más cantidad de oxígeno, mejorando la circulación y el aporte de nutrientes a todas las células del organismo.

El sistema osteomuscular está mejor alimentado y responde más eficientemente en el trabajo, estimulándose el flujo energético por todo el cuerpo y reduciéndose el peligro de lesiones. Igualmente el sistema linfático trabaja mejor y se eliminan con mayor eficiencia las toxinas del organismo.

Como colofón podemos decir que el sistema inmunitario también mejora, las defensas

Se debe iniciar el programa con ejercicios de calentamiento para que la musculatura adquiera su tono previamente a desarrollar el programa principal y se estabilice el cuerpo desde dentro hacia fuera, para ello son recomendables la respiración torácica, la inclinación lateral, inclinación hacia delante y el cien, finalizando siempre con ejercicios de relajación.