Estudios previos llevan tiempo alertando de los riesgos del tabaquismo para la
salud de las personas que no fuman, ya que está vinculado a una amplia gama de
eventos adversos como un mayor riesgo de enfermedades respiratorias y del
corazón.
Las partículas en suspensión de menos de 2,5 micras (PM2,5), tales como el polvo
fino o el hollín, han sido ampliamente utilizadas como un marcador de la
exposición al humo de segunda mano, y los datos de muchos bares y restaurantes
mostraban concentraciones de PM2,5 superiores a los niveles que la Agencia de
Protección Ambiental de Estados Unidos describe como "poco saludable" para
grupos sensibles.
Para avanzar en esta investigación, los científicos escoceses se propusieron
medir las concentraciones de partículas PM2,5 en casas de fumadores y no
fumadores, para así evaluar las cantidades inhaladas por los diferentes grupos
de edad.
Los investigadores tomaron los datos de cuatro estudios realizados entre 2009 y
2013, en los que se hicieron mediciones del PM2,5 en los hogares y los
compararon con los datos sobre las tasas de respiración estándares y los
patrones de tiempo de actividad. En los 4 estudios, se excluyeron los hogares
que eran propensos a tener una fuente adicional de PM2,5, tal como el carbón.
Diez veces más partículas que en casas de no fumadores
Los resultados mostraron que las concentraciones promedio de PM2,5 de las 93
casas de fumadores eran casi 10 veces superiores a las encontradas en los 17
hogares de no fumadores.
Entre los no fumadores que vivían con fumadores, se vieron unos niveles medios
de exposición PM2,5 más de tres veces superiores a lo establecido por la
Organización Mundial de la Salud (OMS) --10 microgramos/metro cúbico-- lo que
hizo que muchos inhalan cantidades similares a las que se exponen los no
fumadores que viven o trabajaban en ciudades como Pekín o Londres, con altos
niveles de contaminación atmosférica.
Algunos hogares estudiados tenían unas tasas particularmente altas de
tabaquismo, ya que alrededor de una cuarta parte presentaban concentraciones
medias de 111 microgramos/metro cúbico al día, once veces más de lo que
recomienda la OMS.
Los investigadores también calcularon que la masa total de PM2,5 inhalado
durante un período de 80 años en que una persona vive en un hogar libre de humo
típico fue de 0,76 gramos, en comparación con los 5,82 gramos de una persona que
vive en un hogar fumador.
"Estos hallazgos apoyan la necesidad de tratar de reducir el tabaquismo pasivo
en el hogar, sobre todo mediante la aplicación de normas que impidan fumar en el
interior de los domicilios", ha reconocido Sean Semple, autor del estudio.
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